5 señales de que tus empleados se están convirtiendo en Walking Dead + 1 antídoto

Aprovechando que el 31 de octubre es Halloween, quiero contar una historia creepy, creepy.

Me he animado a hacerlo en estas fechas porque sé que el día de los muertos todo el mundo está más receptivo a escuchar y creer historias que el resto del año hacen como si no existieran.

Ahí va.

Muchos de nuestros empleados se están convirtiendo en Walking Dead (de oficina).

Quizás hayas visto alguno vagando por los pasillos de tu empresa, fichando a la entrada o a la salida, o sentado con la mirada perdida y sin brillo frente a su monitor.

Yo les llamo Walking Dead (WD), pero también suelen referirse a estos empleados como «desmotivados», «poco implicados», o «con bajo engagement«. No importa cómo se le diga en tu empresa, debes saber que estamos hablando siempre de lo mismo; de empleados que no están comprometidos con su empresa.

Antes de pasar a contar las 5 señales que indican que tus colaboradores se están convirtiendo en WD, quiero dejar claras dos cosas para que sepamos a qué nos estamos enfrentando:

  1. Cuando hay WD, los empleados NO SON la causa, sino el síntoma. Para buscar el problema a la falta de motivación de los colaboradores hay que mirar nuestra cultura corporativa. Ahí es donde empieza todo
  2. No importa lo irreversibles que parezcan tus WD, siempre puedes recuperarlos y hacer que vuelvan a estar motivados e ilusionados. Pero eso requiere dos cosas: (uno) estar dispuestos a hacer cambios profundos en la cultura corporativa de tu empresa y (dos) hacerlos

Las 5 señales de que tus empleados se están convirtiendo en Walking Dead

#1 – Los WD se limitan a cumplir con los básicos de su trabajo. Su objetivo es hacer bien el trabajo y lo harán escrupulosamente bien, pero pocas veces se «excederán». Ellos van, echan sus horas intentando no opinar, mojarse o proponer, hacen lo que tengan que hacer y, cuando llega la hora, se van

#2 – Los WD se quejan mucho, pero solo ante sus compañeros. El problema es que la queja es una de las formas más rápidas (y efectivas) de convertir a otros empleados en WD y ahí la empresa poco puede hacer. Si tienes suerte, alguien de tu equipo te dirá que ha visto a un WD quejándose: aprovecha para aplicar la cura que explico más abajo

#3 – Para los WD sus jefes son los auténticos WD. Si tu colaborador te evita, posiblemente estés ante un WD. Por ejemplo, si le ves haciendo tiempo para no coincidir contigo en el ascensor o decide al verte en el ascensor que prefiere bajar por las escaleras, muy posiblemente estés ante un WD (aunque para él eres tú el WD, por eso huye de ti)

#4 – Para los WD la dirección son «los de arriba». Si unos son los de arriba, ellos son los de abajo, los menos importantes. Piensan que a nadie de los de «arriba» les interesa su opinión ni los problemas que pueden enfrentar en su día a día ante el cliente ¿Que un WD te cuente ideas de mejora? ¡Ja! Es casi imposible porque piensan o que (1) no le escucharías o que (2) si la idea es buena, te tomarás todo el crédito (nota: desgraciadamente he visto esto más de una vez)

#5 – Los WD no recomendarían tu compañía para trabajar (ya hablé en otro post de eNPS del empleado y de su importancia en la Experiencia de Cliente). No recomiendan a tu compañía porque piensan, consciente o inconscientemente, que es tu compañía, con su ambiente viciado y opresivo, la culpable de que se hayan convertido en WD (con toda la razón)

Estamos a tiempo: hay cura

Mejorar el engagement de los colaboradores no es algo que se haga de un día para otro. No existen las fórmulas milagrosas que hagan que la experiencia de tus colaboradores pase de muy mala a estupenda en una semana.

Pero sí creo que podemos darle un buen empujón.

Un colaborador está motivado en la medida en que se puede realizar profesional y personalmente dentro y fuera de su empresa. Es decir, para que un colaborador lo importante no es solo lo que puede hacer dentro su compañía, sino lo que su compañía también le permite hacer fuera de ella.

La clave está en alinear los objetivos y valores de la empresa con los de sus colaboradores.

¿Cómo?

Paso 1: Define claramente la visión, valores y propósito de tu compañía.

Si logras tener un propósito que inspiré a tus colaboradores, ellos sentirán que están haciendo algo importante, algo que trasciende su jornada laboral. Serán tus colaboradores, los primeros fans de tu marca, creerán en lo que están haciendo y sabrán que van a trabajar por algo más que por dinero.

Ya hable hace tiempo del poder de la misión en otro post.

Establece una misión clara y, por favor, no me vengas con eso de «ser líderes en [la actividad que sea] y referentes por la calidad y servicio al cliente». Nadie se implica con ese objetivo. El objetivo tiene que ser importante, relevante e ir más allá de los economics de tu empresa.

Por ejemplo, Lyft (competidor de Uber en EEUU) no dice que su propósito es llevar a gente de un lado a otro de manera rápida y segura; eso vende poco y no inspira a sus conductores. Lyft dice que su misión es reconectar a las personas a través del transporte y unir a las comunidades.

¿Notas la diferencia?

Si la misión de tu empresa se puede aplicar a la competencia o a cualquier otra empresa cambiando las palabras claves, es que no es lo suficientemente buena. Si estás en una empresa que ya tenía su misión antes de que tu llegaras, no podrás cambiar su misión, pero sí podrás reinterpretarla y hacerla más aspiracional.

Paso 2: Apoya o ayuda a establecer los objetivos de tus colaboradores.

Este es el paso clave.

La característica de los empleados más motivados e implicados es que sienten que pueden seguir creciendo y mejorando en su compañía, mientras que la de los WD, si bien creen que pueden seguir mejorando, tienen claro que no será dentro de su empresa.

Ellos siguen teniendo sus aspiraciones y su compañía es el enemigo que no les deja crecer.

Por eso es importante hacerles ver que eso no es así.

 Si les ayudas a fijar sus objetivos, a que sigan creciendo profesionalmente, a que sigan aprendiendo y teniendo éxito dentro y fuera de tu compañía, ellos empezarán a ver a tu compañía de un modo diferente. Pasarás de ser un enemigo a un aliado.  

Siéntate con ellos periódicamente, pregúntales cómo les va, ayúdales a establecer metas y hazle seguimiento. Escucha, escuchar y escucha, para que algún día, si todo va bien, ellos también te quieran escuchar a ti.

Paso 3: vincula objetivos.

El tercer paso del antídoto/vacuna anti-WD es la vinculación. Se trata de que el empleado vea que sus metas y tus metas son compatibles. Esto es algo parecido en las relaciones personales cuando ves que compartes temas e intereses con otra persona. Es el momento en que se empiezan a generar lazos.

De nuevo esto requiere escuchar y saber «hilar» fino.

Si tu empresa tiene el objetivo ser líder en desarrollo app para democratizar el uso de la tecnología y tu colaborador quiere aprender más (y retarse) porque se ve estancado y que no tiene tiempo para nada (ni aprender ni familia), busca fórmulas nuevas para casar estos objetivos. Por ejemplo, quizás se le puede dejar que durante un mes los viernes pueda teletrabajar desde casa, con la condición de que aprenda una nueva habilidad profesional (¿un nuevo lenguaje de programación?) y que pueda pasar más tiempo con su familia.

Busca soluciones. Al fin y al cabo, se trata de estar ahí para ellos, para que ellos también estén ahí para nosotros.

Te puedo garantizar que si con estos 3 pasos no mejoras el engagement de tus colaboradores con tu compañía, al menos podrás evitar que más y más colaboradores se sigan convirtiendo en WD. Es un tema de cultura corporativa.

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